Cosas que no entiendo

Tengo ya, durante unas semanas, una sensación extraña que entiendo menos que otras cosas. Y esto va para largo, sí, pero porque si no sale, no sé.

Porque no sé de dónde has salido, TODA UNA VIDA SIN VERTE... Porque cuando se juntan dos ríos se hace fuerte la corriente... y lo otro, eso de que te vas, hasta luego, y yo... y mañana me voy... que todo eso me lo guardo, como lo de que amo la forma en que te ríes, para más tarde. Para cuando me vaya, que ahora se me hincha el pecho cuando lo escucho, y me siento bien, o algo así. Pero es triste, y lo sabes, y yo también. Pero pero pero pero. Dejémoslo en ese pero. Que ya te he dicho que te echo de menos, toda una vida sin verte, y se me acusa más ahora, quizás por ser feliz y no podértelo decir, al oído.


Y pasando a otra serie de cosas, pensando y dándole vueltas, me doy cuenta de que ya estamos (un poco) más perdidos. Que si sí, que si no, que si puede, quizás, quizás... Y no digo que sí, digo que quizás, ¿eh? ¿COMO? Por dios santo, ¡cómetelo! Que nada y eso, quédate con eso, que te cuide, que te quiera (el tiempo que sea), y luego, ya veremos. LUEGO YA VEREMOS JODER. Que tal y como están las cosas, lo mejor es meterse en una burbuja finita y clara, que se ajuste a tu cuerpo. Y que se acerque quien quiera, y toque, roce, arañe y golpee; por muy cerca que esté, la burbuja no se rompe. Y no hay peligro, cariño. Déjate llevar...


Y en cuanto a mi brillo de sol... tanto tiempo sin ella, no sé. Me limito a no saber nada, se me echan muchas cosas encima. DEMASIADO TIEMPO ha pasado ya, me gustaría tenerla por aquí cerca todos los días, y saber qué pasa, que aún no lo sé.


Y mi gatito, ay dios. Más cerca, por favor. MÁS CERCA.


Y a todo eso súmale el resto de la gente, ese movimiento continuo y (más) confuso que sólo consigue arrancarme sonrisas cuando no toca...


Y, bueno, luego está él. AHORA SÍ.